jueves, 3 de septiembre de 2015

CODEPENDENCIA EN LAS RELACIONES INTERPERSONALES

Codependencia en las relaciones interpersonales

La codependencia es un proceso que está presente en todos los niveles de las relaciones humanas. Es una manifestación de las relaciones enfermas que hoy en día parecen ser promovidas por quienes consideran que el desarrollo humano es un elemento que estorba los afanes del poder total. El elemento que define a la codependencia es la conformación de relaciones entre controladores manipuladores, sumisos, sin identidad propia y altruistas, justificando los errores ajenos. La codependencia puede ser observada en los procesos educativos, sociales y políticos a niveles nacionales como internacionales. La codependencia en la sociedad Ser egresado de la educación codependiente se refleja en los adultos en edad productiva y reproductiva cuando no logran expresarse de manera genuina y pasan la vida buscando mantener una imagen que consideran es social-mente aceptable y reflejan un sentido del éxito impuesto desde fuera. Si bien la codependencia puede ser observada en actitudes orientadas para cumplir con las imágenes y formas que el estatus impone, también se manifiesta, en sentido contrario, por la indiferencia que en la práctica lleva a comportamientos de evasión, omisión o negligencia. En este nivel, también se reproducen los comportamientos de control, sumisión y justificación.La dependencia emocional se origina en la niñez por no ser amado de forma apropiada por las personas más significativas para el niño: sus padres, hermanos o las personas más cercanas, lo que le genera una baja autoestima. Se puede acrecentar durante el período escolar (a no ser que el niño tenga la suerte de estar rodeado de excelentes educadores) y durante la adolescencia. Ya de adulto el dependiente emocional recrea situaciones en las que asume un papel sumiso intentando siempre complacer a los demás con el fin de mantener el vínculo con los otros a toda costa y evitar así un posible rechazo que teme con pavor. Es fácil mantener y alimentar la dependencia emocional toda una vida si uno carece de la lucidez necesaria para no dejarse impactar por las expectativas creadas por el sistema y la sociedad con las que le bombardearán a través de los medios de comunicación y la publicidad. A fin de cuentas, los dependientes emocionales suponen para el capitalismo unos clientes magníficos que nutrirán, entre otras, a la industria quirúrgica, cosmética, farmacéutica, textil, alimenticia... El dependiente emocional acepta desprecios y maltrato como algo normal y tiende a sentirse atraído por personas que aparentan una gran seguridad en sí mismas y que tienen una personalidad dominante. Desafortunada-mente, el dependiente emocional no ha conocido lo que es el amor genuino entre dos personas que se respetan y se intercambian afecto, tiene dificultad en tomar las riendas de su vida y espera que aparezca esa persona especial que le hará feliz y acabará con su soledad y angustia vital.

RELACIONES INTERPERSONALES

Éstas son las relaciones que establecemos con diferentes personas, como nuestros familiares, amistades, pareja o compañeros/as de trabajo, y en las que intercambiamos sentimientos, experiencias, conocimientos.Las relaciones interpersonales son una oportunidad para acercarnos a otras experiencias y valores, así como para ampliar nuestros conocimientos.Las habilidades de relación interpersonal son un repertorio de comportamientos que adquiere una persona para interactuar y relacionarsecon sus iguales y con los adultos de forma efectiva y mutuamente satisfactoria.
REFERENCIAS
Bojalil Parra, Sergio La educación para la codependencia Reencuentro, núm. 37, agosto, 2003, pp. 82-84 Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco Distrito Federal, México 
Beattie, Melody: “The language of letting go: daily meditations for codependents”, 1990  Bruckner, Patrick: “Luna Amarga”, 1992  Doria, José María: “La mordedura de la soledad”

COMO SE ORIGINA LA CODEPENDENCIA

CAUSAS DE LA DEPENDENCIA EMOCIONAL 

Falta de autoestima generada en la infancia Las causas de la dependencia emocional se encuentran durante la infancia en la relación primaria del niño con sus padres o personas significativas del entorno. Por diversas razones, bien sea por dejadez, por abuso de autoridad o incluso por una protección extrema del niño, los padres no logran infundir en el niño la confianza y la estima en sí mismo, que, de adulto, continuará buscando en los demás. 
Chantaje emocional durante la infancia: al dependiente emocional se le enseña de niño que se le ama mientras cumpla con las expectativas que los padres o las personas significativas que le rodean tengan sobre él. Cualquier intento de afirmarse o de demostrar su individualidad por parte del niño es reprobado o castigado. Sus alas se cortan y el dependiente emocional aprende rápido a no crear conflicto o a no molestar para asegurarse el afecto que necesita. 
Manipulación y sentimientos de culpa: mediante la culpa se manipula al niño a que mantenga la actitud deseada. Es frecuente oír a madres que se lamentan de múltiples dolores que achacan al “disgusto” que le han dado sus hijos o sus maridos y es frecuente oír sentencias en un tono desproporcionado de padres autoritarios a sus hijos como “calla y obedece”, “aquí se hace lo que yo mando”, etc...
 Fallos en la construcción de la autoestima: La autoestima del niño así como su capacidad para estar solo se construyen a través del reflejo, del espejo de la confianza que sus padres le otorgan. El niño que tiene fallos durante esta etapa porque recibe mensajes contradictorios sobre su capacidad por parte de los padres no logra interiorizar esas cualidades y necesita que el adulto esté siempre a su lado para sentirse seguro.
La dependencia emocional se origina en la niñez por no ser amado de forma apropiada por las personas más significativas para el niño: sus padres, hermanos o las personas más cercanas, lo que le genera una baja autoestima. Se puede acrecentar durante el período escolar (a no ser que el niño tenga la suerte de estar rodeado de excelentes educadores) y durante la adolescencia. Ya de adulto el dependiente emocional recrea situaciones en las que asume un papel sumiso intentando siempre complacer a los demás con el fin de mantener el vínculo con los otros a toda costa y evitar así un posible rechazo que teme con pavor. Es fácil mantener y alimentar la dependencia emocional toda una vida si uno carece de la lucidez necesaria para no dejarse impactar por las expectativas creadas por el sistema y la sociedad con las que le bombardearán a través de los medios de comunicación y la publicidad. A fin de cuentas, los dependientes emocionales suponen para el capitalismo unos clientes magníficos que nutrirán, entre otras, a la industria quirúrgica, cosmética, farmacéutica, textil, alimenticia... El dependiente emocional acepta desprecios y maltrato como algo normal y tiende a sentirse atraído por personas que aparentan una gran seguridad en sí mismas y que tienen una personalidad dominante. Desafortunada mente, el dependiente emocional no ha conocido lo que es el amor genuino entre dos personas que se respetan y se intercambian afecto, tiene dificultad en tomar las riendas de su vida y espera que aparezca esa persona especial que le hará feliz y acabará con su soledad y angustia vital. Una vez encontrada esa persona especial la relación tiende a deteriorarse y a polarizarse: el dependiente emocional no se respeta a sí mismo ni se afirma por miedo a que la relación se rompa y, si lo hace, se siente automáticamente culpable, lo que le hace disculparse en seguida y no mantenerse en su lugar. Por un lado esta conducta le convierte en una víctima fácil del abuso de otro y, por otra, le crea un gran resentimiento contra sí mismo porque sabe que en el fondo no se está respetando. El resentimiento y la acumulación de ira no expresada, junto con los frecuentes sentimientos de culpa que alberga son los ingredientes que alimentan su baja autoestima y su tendencia a la depresión. La relación se convierte así en una verdadera adicción para el dependiente emocional, en espera de un nuevo “chute” que le haga salir de su desasosiego.

miércoles, 2 de septiembre de 2015


COMO EVITAR LA CODEPENDENCIA

La dependencia emocional en la pareja puede estar causada por problemas de autoestima. De esta forma, alguien que se quiere poco a sí mismo pone su valor en el amor que recibe por parte de otra persona, como si necesitase ser salvada por alguien externo. Es decir, en cierto modo, se coloca en el rol de víctima indefensa ante la vida. Conviene recordar que para estar bien junto a otra persona, previamente, es indispensable estar bien con uno mismo, de lo contrario, ante una posible ruptura, la persona puede caer en el vacío existencial más absoluto, en el dramatismo exagerado de perder de vista su propio valor como persona capaz de ser feliz más allá de tener o no a alguien al lado.

Antes de comenzar a exponer el tratamiento de la dependencia emocional, convendría detenernos breve-mente en lo que entendemos por ella. La dependencia emocional es la necesidad excesiva de tipo amoroso que una persona siente hacia otra, generalmente en el contexto de una relación de pareja, y la tendencia de dicha persona a establecer en su vida este tipo de comportamiento. Dos aspectos característicos emergen de esta aseveración: en primer lugar, que la necesidad es excesiva y que por tanto no se reduce a la propia de una relación amorosa; en segundo lugar, que dicha necesidad es de carácter afectivo y no de otro tipo (pensemos en el clásico “trastorno de la personalidad por dependencia”, en el que la indecisión y la sensación de inutilidad o desvalimiento personal es lo que une a la persona de la cual se depende). 
Jorge Castelló Blasco (Psicólogo)
Estas son algunas complicaciones en cuanto a como se sienten las personas codependientes: 
  • Se aferran obsesiva mente a la persona de la cual dependen. 
  •  Continuamente están con su pareja o bien la están llamando por teléfono, enviando mensajes al móvil, etc.
  •  Quieren acceso constante hacia ella. 
  •  Como sucede en otras adicciones, el objeto de la misma tiene la exclusividad en la vida de la dependiente emocional, de tal forma que los amigos y amigas dejan de existir, la familia cuenta cada vez menos, el tema de conversación favorito es la pareja, etc. 
  •  La ruptura amorosa es tan temida que en los casos de dependencia emocional grave no se tiene en cuenta, ni siquiera si hay menosprecio grave, deterioro manifiesto de la relación e incluso malos tratos, tanto psíquicos como físicos. La relación sólo se romperá si lo promueve el compañero, y por nefasta que haya sido esta relación la dependiente emocional intentará una y otra vez reanudarla, llegando hasta extremos que pueden resultar patéticos para el entorno. 
  •  La dependiente emocional idealiza a su pareja, es justo lo contrario de lo que piensa de sí misma. Utilizando una expresión coloquial bastante gráfica, “se queda con la boca abierta” cada vez que ve a su compañero sentimental. 
  • Estas mujeres tienen tendencia a sintomatología ansiosa y depresiva
  • agudizada hasta extremos psicopatológicos relevantes en caso de ruptura. Éste suele ser el motivo de consulta más frecuente. 
  • Suelen escoger como parejas a varones más bien narcisistas, egoístas, con gran seguridad en sí mismos y que se desenvuelven bien con el entorno. A su vez, éstos se encuentran con su complemento perfecto con este tipo de mujeres. 
  •  Se someten a sus compañeros, negándose sus preferencias, sus decisiones y sus intereses. Todo gira en torno al varón, al compañero. 
  •  De todo lo anterior se desprende que las relaciones sentimentales son claramente desequilibradas, asimétricas. 
  • En caso de ruptura, saltan de una relación a otra lo antes posible. Si esto sucede, la pareja anterior que era el centro de la existencia deja de tener importancia, para ocupar este papel el nuevo compañero.
  • Realmente no quieren a su pareja, la necesitan. 
  •  No soportan la soledad, la viven con intenso agobio y malestar. 
  •  Su autoestima es muy deficiente, el centro de su existencia es el compañero, al que se le encumbra hasta límites insospechados.